83a. La Pelirroja de Cuyagua (The Redhead of Cuyagua)

September 4, 2022
This episode is part 1 of 3 in the Episode 83 Series

We break down each line from the episode 83a. La Pelirroja de Cuyagua (The Redhead of Cuyagua), first in English and then in Spanish. After we say the line in English, say the line out loud in Spanish to practice your speaking, and then we’ll tell you the correct response in Spanish. A full transcript of this episode is available at http://icanspeakspanish.com

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[00:09] Each episode consists of two parts. In the first part, we bring you interesting stories from Spanish speakers all over the world to improve your listening. In the second part, we break down each line from the story in English, give you time to say the line out loud in Spanish, and then tell you the correct response for the line, so you can build your vocabulary, improve your pronunciation, and practice your speaking.

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[00:55] Bienvenidos al episodio de hoy “La pelirroja de Cuyagua.” Mi nombre es Leisha Medina y usaré español neutro latino durante mi historia. Hablo español de Venezuela. En este episodio, compartiré mi experiencia en un maravilloso viaje que realicé al pueblo de Cuyagua en Venezuela. Una historia llena de aventuras y de hermosos recorridos hacia la costa venezolana. Vamos a empezar.

[01:28] La ciudad después de un tiempo comenzaba a aburrir y para mi joven yo de 18 años, viajar a la aventura sonaba como una maravilla, como el respiro que tanto necesitaba. Mis amigos y yo frecuentábamos viajar a playas en temporadas vacacionales. Y en mi país, Venezuela, eran como pequeños paraísos del disfrute y la diversión. La Guaira, La Sabana, Chichiriviche, Ocumare y la más hermosa, Cuyagua.

[02:01] En esa época me encantaba tener el cabello de color rojo, algo muy llamativo, así me diferenciaba de otras chicas, así que podría verme a millas de distancia. Fuimos al terminal de autobuses en dirección al estado Aragua, contiguo a la ciudad de Caracas. El viaje tardaba dos horas aproximadamente. Fuimos un grupo de amigos en el autobús, veníamos escuchando música, charlando y riendo.

[02:35] Apenas llegamos al terminal de Aragua, estábamos en la ciudad de Maracay, y justo en ese mismo terminal de autobuses, debíamos tomar otro autobús hacia el pueblo de Ocumare. Hicimos el transbordo no sin antes comprar algo de beber y de comer, pues el viaje sería de dos horas más para llegar al pueblo.

[03:00] Saliendo de la ciudad de Maracay, el autobús comenzó a adentrarse en la montaña y jungla adentro. La carretera empezó a curvarse en bajada y en subida, tuve que contenerme mucho para no marearme, pero luego de un rato, pude acostumbrarme. Mientras íbamos en la ruta, mis amigos se levantaron de sus asientos y comenzaron a bailar con la música que sonaba en el autobús. Entre risas y canciones, y mareos y curvas, finalmente llegamos al pueblo de Ocumare.

[03:38] Casas coloniales tradicionales, aroma a mar y arena, y pequeñas calles con una plaza. Ese era el pequeño pueblo de Ocumare. Sin embargo, abarca tradiciones musicales legendarias. Por eso es llamada Ocumare “Pueblo de tambores”. Nos bajamos del autobús y pudimos sentir el calor del mar Caribe, y desde ahí se podía ver una majestuosa playa, con olas tan prominentes que atraían a los surfistas de todo el país para domarlas. Pasamos por un mercado y compramos enlatados y bebidas de todo tipo para llevarlos a nuestro destino final, Cuyagua.

[04:23] Pero a lo lejos escuchamos tambores sonando, y llevados por la curiosidad, fuimos a ver de qué trataba ese alboroto. Eran las comparsas de San Pedro, grupos de lugareños bailaban tambor en la plaza. No me contuve y entré a bailar tambor al ritmo caribeño de Ocumare. Se hizo la hora y el autobús rumbo a Cuyagua estaba saliendo. Nos subimos de últimos y aún emocionados por el baile, seguimos cantando en el camino.

[05:00] La ruta hacia el pueblo de Cuyagua era aún más curvada que la anterior, así que el autobús se tambaleaba en bajada a medida que descendía por la montaña.

[05:14] Como seguíamos cantando al son de las comparsas, nos hicimos amigos de varios lugareños que compartían el viaje junto a nosotros. Entre risas, Raúl, un habitante del pueblo, nos propuso ir en una ruta diferente, pero eso sí, debíamos bajarnos del autobús.

[05:35] Finalmente, decidimos hacerlo. Pedimos al conductor que se detuviera y bajamos nuestros bolsos. El autobús siguió su camino montaña abajo, se podía escuchar la música alejarse. Estábamos solos en el medio de la selva.

[05:55] Raúl nos dijo que nos adentramos en la jungla para atravesarla y llegar a Cuyagua por el camino explorador, pero que tuviéramos cuidado con el Cunaguaro.

[06:07] El Cunaguaro es un felino depredador de la selva amazónica, como un gato grande, una mezcla entre leopardo y tigre, y sólo habita en Suramérica.

[06:20] En esta selva, muchos animales salvajes son parte del ambiente y coexisten sin ser molestados por la presencia humana, por lo que nuestra intromisión puede ser vista como una amenaza y ser atacados.

[06:36] Comenzamos a andar por la selva. Habían rastros de senderos transitados y tal vez por eso Raúl no estaba tan perdido. Comenzamos a descender entre las ramas, árboles y caminos empinados hasta que pronto escuchamos el sonido del agua. Estábamos cerca de un río, así que nos acercamos a llenar nuestros envases e hidratarnos.

[07:05] Mientras llenábamos el agua pudimos escuchar que algo se acercaba. Raúl dijo “No se muevan” y pronto lo vimos. Ahí estaba – el Cunaguaro.

[07:19] Lo vi a los ojos y él me vio a mí, sentí un enorme respeto por su presencia. Sólo vino al río a beber algo de agua, al igual que nosotros. Sólo pensaba “no quiero molestarte, estamos en paz” Al parecer, el Cunaguaro entendió nuestras intenciones y se marchó entre los árboles para dejarnos transitar.

[07:47] Caminamos por cuatro horas más en la selva hasta que finalmente llegamos al pueblo, de Cuyagua. Cuatro calles y una plaza, éste era el lugar, pero aún faltaba llegar a la playa, así que continuamos caminando dos kilómetros más al borde del río abajo.

[08:11] Muchos turistas recién bajaban del autobús, alegres, pues ya estaban en el paraíso costeño, y como nosotros, también caminaban rumbo a la costa.

[08:24] En minutos pudimos escuchar la música bailable, comparsas, risas, y las olas del mar recibirnos con los brazos abiertos. Corrimos todos, emocionados para ver el paisaje. ¡Al fin habíamos llegado a Cuyagua! El agua clara, la arena blanca, y el cielo azul eran un paisaje digno de disfrutar una vida entera. Compramos cervezas e invitamos a Raúl a unirse a nuestro grupo.

[08:55] La música sonaba por toda la playa. Todos estaban en carpas, compartiendo en grupo o en familia, y durante todo el día, cuando alguien quería llamarme, me decía “¡Pelirroja!”.

[09:09] En la noche se hicieron fogatas y pude ver un grupo de personas que estaba tocando guitarra. A mí me encanta la música. Sin querer, al verme me llamaron “¡Pelirroja, ven a cantar con nosotros!” Fui y canté junto a ellos toda la noche.

[09:30] Estuvimos cinco días entre música, mar y diversión en Cuyagua, pero sin darnos cuenta, las vacaciones habían terminado. Lo bueno es que hice nuevos amigos y recuerdos inolvidables. Ahora solo quedaba regresar con un largo camino a casa. Apenas llegó el autobús nos dormimos camino a casa.

[09:56] Nuevamente fue una larga travesía, muchas horas de viaje, y muchos autobuses, pero habían tantas personas tratando de volver a la ciudad que no habían puestos para viajar. Sin embargo, gracias a mi cabello rojo, me reconocieron entre la multitud el grupo de personas que estaba tocando guitarra, y me llamaron “¡Pelirroja!”, con mucho ánimo y alegría, nos cedieron su puesto en el autobús para que pudiéramos volver a la ciudad. La habían pasado superbien y por eso querían ayudarnos.

[10:36] Gracias a su ayuda y a mi cabello rojo, pudimos volver rápidamente a la ciudad, muy cansados, pero no paramos de contar historias de este increíble viaje. ¡Qué aventura!

[10:50] Eso es todo por hoy. Gracias por escuchar y nos vemos pronto.

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